¿Cuántos casos familiares conoces en los que hay más de tres generaciones compartiendo el mismo nombre? 🤔 Muchos, ¿verdad?
Y es que esta práctica es muy común, caen en lo obligatorio para algunas personas, porque quieren que se llame como tu papá o como tu mamá o como un familiar que ya no está y fue muy significativo en tu vida. Si es tu caso, tal vez decidas pensarlo dos veces después de leer esta información.
Varios psicólogos coinciden en que al hacer esto, de alguna manera “obligas” a tu hijo a ocupar el lugar del otro, incluso, a seguir su mismo destino, a repetir patrones y dinámicas que vivió o que tal vez esa persona no resolvió en vida. El escritor y psicoterapeuta Alejandro Jodorowsky comenta que cuando se bautiza a un bebé debemos ser conscientes que junto con su nombre, se le otorga una identidad, por lo tanto “los nombres que recibimos son como contratos inconscientes que limitan nuestra libertad y condicionan nuestra vida”. Por otro lado, el psiquiatra Armando Camino menciona en El Telégrafo que “se puede provocar un efecto de rebote, porque le pasamos nuestra historia a nuestra descendencia”.
Ahora ya lo sabes, quizá es una mejor opción buscar algún nombre diferente y original para tu bebé, fuera de tu árbol genealógico. Por eso es tan importante saber y descubrir lo más que puedas sobre tu árbol genealógico.